martes, 5 de mayo de 2009

CARTA A MI MADRE

Hoy, con el firmamento nublado, después de haber llovido torrencialmente por casi tres horas, decidí escribirle a mi santa madrecita que se encuentra en la gloria de Dios descansando en paz, unas cuantas lìneas:
Mamá no tengo nada que reprocharte a tí, pero si a Dios, hay algo que hasta el día de hoy no entiendo ni acepto: ¿porqué te ha llevado a su gloria? ¿porqué me ha dejado sin madre? ¿porqué me ha quitado la dicha de tenerte junto a mí? ¿porqué otros hijos que no la merecen a sus madres aún la tienen y yo no te tengo presente a mi lado?, si eres un Dios todopodero y justo, quiero estar junto a mi madre....... en fin me faltaría papel, espacio y tiempo para seguir reclamándole a Dios por no tenerte a mi lado.
Madre, sin embargo te digo: yo también ya soy madre y lo que siento por no tenerte a mi lado, considero que es igual mis hijos hacia mi, por eso, quiero en esta carta que me ayudes a retirar ésos reproches a Dios y me ilumines para ser una buena madre con mis hijos, así como lo eres conmigo, quiero ser igual a tí, quiero ser tu imagen y reflejo en mis hijos, te confieso madre que yo los adoro a mis hijos, los quiero mucho y todo lo que hago y pienso siempre es pensando en lo mejor que les pudiera dar a ellos.
Mamá tu me haz traido al mundo, me haz dado grandes enseñanzas, haz hecho de mi una mujer llena de virtudes, todo lo que soy y tengo es gracias a ti querida mamita, nunca me alcanzarán las palabras para agradecerte por todo lo que soy gracias a ti querida mamá.
Te extraño mucho, te necesito cada segundo de mi vida, pero sobrevivo en la tierra porque estoy segura que tú estas junto a mi en forma espiritual y así te siento, sé que nunca me abandonarás, sé que siempre estas pendiente de mi, sé que desde donde estar me estas cuidando y sé que tú me quieres mucho al igual que a mis hermanos.
Mamita, aunque te parezca increible, pero en mi memoria guardo los recuerdos desde el día en que me concebistes en tu vientre, el día que nací, tu te encontrabas recostada en una humilde cama en el cuartito como lo llámabamos ¿recuerdas mamà? ahí nací yo y muchos de mis hermanos, porque recuerdo que el cuartito que estaba cercado de pona batida y techado de crisneja era la única habitación de nuestra casita que nos dejaron habitarla ésas personas malas a quienes habías ayudado y lo habían negociado nuestra casita, pero después la recuperamos, ahora casí a mis cincuenta años sigo en ése pedacito de tierra que tu nos dejastes, cada centímetro de terreno está lleno de tí, no sé si esto les pasa a todos los hijos, pero yo siempre te siento muy cerca a mi, y todos los recuerdos tuyos los tengo muy frescos en mi memoria.
Abrigo la esperanza de que muy pronto estaremos juntas, pero antes quisiera que mis hijos aprendan a volar por si solos y tengan sus hogares formados para que no me hechen mucho de menos.
Mamá te quiero mucho, y como dije antes me faltan las palabras para decirte gracias por todo, gracias mil veces gracias.
Amigos, comprenderán la sinceridad en mis escritos, muchas gracias por leerlos, hasta pronto, su amiga de siempre, Candela

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